Según una de las más antiguas tradiciones, la llegada de la Befana representa el final del año viejo y el inicio del nuevo. Esta fiesta se celebra el 6 de enero colagndo un calcetín en la puerta de casa o en la chimenea para que cuando llegue esta viejecita a lomos de su escoba lo rellene de dulces y regalos. La Epifanía, que como reza un antiguo dicho italiano “marca el final de todas las fiestas”, es también sinónimo de algún kilo de más. Por supuesto, ni pequeños ni grandes pueden esperar para descubrir qué es lo que esconde este dulce calcetín.
¿Entonces qué hacer y con qué llenarlo? El primer paso puede ser aligerarlo desde el punto de vista calórico, recurriendo, por ejemplo, a los sanos y buenos alimentos de la tradición italiana, como las mandarinas, las frutas más típicas de este periodo.
Estos pequeños y dulces cíctricos, que por motivos climáticos se cultivan en Calabria y Sicilia, están muy difundidos por toda Italia, gracias a la gran cantidad de los mismos que se producen en ambas regiones. A pesar de que los meses de cultivo son diciembre y enero, además de las dos variedades más famosas, Cleopatra y Habana, existe la Ciaculli, que se cultiva en Palermo. Además de que dos mandarinas aportan solamente 120 kilo calorías, estos cítricos son una excelenmte fuente de vitamina C y ayudan a superar la depresión y la tristeza. Los demás componentes del aceite esencial, además del limón, estimulan el metabolismo y combaten la pereza del estómago y del intestino, ayudan a depurar la sangre y favorecen la secreción biliar, ayudando al cuerpo a purificarse…Es además un perfecto antiséptico, antiinflamatorio, perfecto para pequeñas heridas y muy usado en los masajes relajantes.
Tacos de queso grana: típico de la Llanura Padana, su descubrimiento se debe a los monjes circenses de Chiaravalle, que debido a la gran cantidad de leche que tenían decidieron transformarlo en lo que hoy en día se conoce como grana padano. Desde un punto de vista nutricional es un perfecto alimento, ya que es rico en sales minerales, proteínas y vitaminas fundamentales para nuestro organismo.
Judías de Trieste: pequeños dulces con forma de bola hechos de almendra, azúcar y huevo con sabor a vainilla, chocolate o agua de rosas Estos tres colores, el blanco, el rosa y el marrón, simbolizan el nacimiento , la vida y la muerte.
Frutos secos: aunque no son típicamente italianos, han sido introducitdos en las mesas de las familias italianas hace mucho tiempo, sobre todo en el period navideño, aunque gracias a sus propiedades benéficas se deberían de consumir todo el año. Es un alimento rico en grasas monoinsaturadas y polisaturadas, es decir, grasas “buenas” aliadas contra el colesterol, y fuente de vitaminas A, E, C y K, y de fibra. Las calorías que contienen 100 g de cualqier fruto seco varían según la tipología, por ejemplo, las nueces, las avellanas y las almendras son las más calóricas y por ello se aconseja comer unas 10 almendras y 5 nueces.
Aunque es altamente calórico, en nuestro calcetín no puede faltar, junto al panetone y al pandoro, el turrón. Nadie sabe cómo, dónde y cuándo nació este dulce, que puede ser duro o blando. Hoy en día, cada región italiana, mezclando sabiamente los componentes base (miel, clara de huevo y almendras), consigue poner en la mesa una bandeja llena de esta maravilla del arte pastelera. Por ello, la elección es muy amplia: en Piamonte el inghrediente base es la avellana Langhe, en Cremona (lugar en el que en teoría habría nacido en 1441) la base es la almendra, al igual que en Veneto y en Apulia. En Campania compiten los dulces de avellana típicos de Avellino y Salerno con los almendrados de Benevento.
Más al sur, en Sicilia, las famosas almendras de Noto y de Avola, además de los deliciosos pistachos de Bronte permiten a los pasteleros crear fantásticos dulces, muchos de ellos de fama mundial.
Desde el punto de vista nutricional, y visto el elevado aporte calórico medio (unas 500 calorías por cada 100 gramos de producto) se aconseja su consumo moderado, aunque si que es verdad que la gran cantidad de frutos secos que contienen hacen que estos alimentos sean perfectos por su alto contenido en minerales y vitamina E.
