Search

Amaretti di Caposele

Probablemente ya conocéis los tradicionales amaretti, elaborados con almendras, pero los amaretti di Caposele son muy diferentes de sus semejantes del norte de Italia.
Como sugiere el nombre, este amaretti encuentra su origen en el pueblecito de Caposele (del topónimo latino di Caput Selaris, es de decir “al nacimiento del rio Sele”). Conocido por su posición protegida entre colinas y montañas, por el santuario dedicado a San Gerardo Majella y entre campos de avellanos, oliveros y plantaciones de castañas – siempre todo en el nacimiento del rio Sele, que es aun canalizado a través de un acueducto, el caudal del cual, es de los más grandes de Europa.

En esta región y en el territorio de Caposele, estos amaretti representa uno de los tantos productos típicos de horno.

Se elaboran con avellanas de los árboles de sus colinas y valles, aplastadas y trituradas hasta obtener un polvo sutil, mezcladas con agua, azúcar y claras de huevo.

Recientemente, ha obtenido la ambiciosa inscripción en el “Registro Nacional de los Productos Tradicionales”, que reconoce oficialmente la denominación y las características peculiares de los Amaretti de Caposele, patrimonio de una cultura antigua, ligada a su territorio y a sus productos.

 

Las avellanas de Caposele, junto con el proceso tradicional de transformación a mano, hacen de los Amaretti de Caposele un producto único italiano, que exprime bien sus raíces y su italianidad en el uso de ingrediente simples pero de una calidad excepcional.

Los amaretti tiene forma de una pequeñas galleta de alrededor 2-3 cm de diámetro y con 1-1.5 cm de grosor, más alto en el centro. Estas galletas tienen una consistencia crujiente y pueden ser consumidas “tal cual”.

Generalmente secas, mantienen un núcleo suave y tierno gracias a las avellanas y a los aceites esenciales, que hacen que comer una de estas galletas sea una explosión de gusto y consistencia que satisface los paladares y los sentidos. Provadlas junto a un vino passito (un vino especial muy dulce), con un vino tinto robusto o simplemente con café – expresso claro. Sea lo que sea que elijáis, el verdadero problema será que no podréis dejar de comerlas. Sí, son así de deliciosas.
Write a response

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Close
Your custom text © Copyright 2018. All rights reserved.
Close