Tanto es así que siempre mantiene un papel destacado en festivales, bares y panaderías de la zona. Este manjar especial tiene diferentes nombres dependiendo de la zona y según las ligeras variaciones en su preparación: se llama “gnòc frett” en Modena y Reggio-Emilia, “crescentina” en Bolonia, torta fritta en Parma, “chisulèn”en la provincia de Piacenza e “pinzino” en Ferrara. Su historia es muy antigua y se cree que se remontan a la población Longobarda, después de que el Imperio Romano conquistara esas tierras. De hecho, sólo entre los Longobardos, se había extendido el uso culinario de la manteca de cerdo, siendo un ingrediente indispensable para la preparación del verdadero gnocco fritto. Mucho más allá de los Longolobardos, su historia continuó en Emilia Romagna, donde, por lo menos hasta los años sesenta, el gnocco se convierte en un alimento cotidiano entre la población campesina. Hoy, en Italian Traditions veremos la receta tradicional de Módena.
Ingredientes
1 kg de harina
75 gr de manteca de cerdo
2 cucharaditas de sal
Aceite para freír
Leche
Agua mineral con gas
Preparación
Mezclar la harina con la manteca de cerdo y la sal en una tabla de amasar y añadir agua con gas, leche y aceite para obtener una masa homogénea, suave y elástica. Estirar la masa con un rodillo hasta un grosor de medio centímetro, luego cortar en cuadrados o rombos de unos 5 centímetros. Freír estos cuadrados en una sartén con aceite caliente o manteca de cerdo y en cuanto se hinchen en el centro y cojan su clásico color dorado, retirarlos con una espumadera y dejarlos secar sobre papel de cocina. ¡Servir caliente!
Servido como un aperitivo, entrante o plato principal, el gnocco fritto Emiliano es irresistible cuando se acompaña con embutidos y quesos del territorio, dando lugar a una combinación explosiva de sabor. Para los amantes de la combinación dulce – salado, una deliciosa opción es la Nutella.