La historia del Museo del Vino
El museo no nace como museo. En realidad nace como antigua bodega que, durante decenas de años, tuvo una grandísima importancia en la economía de Greve in Chianti. De hecho, algunos de sus habitantes, conservaban las cuencas utilizadas para la cosecha de la uva. Así pues, se trataba de una tradición un motor económico por aquel entonces.
El edificio fue construido a finales del siglo XIX, el año 1893, por Ernesto Leproni y ha sido nombrado de muchas maneras diversas a lo largo del tiempo según el propietario. En el año 1906 fue la Unión de Productores del Vino Chianti, a exigencia de los ricos terratenientes y puede considerarse como el antepasado del consorcio de Chianti Classico. Poco tiempo después, el edificio se convirtió en la bodega de Alberto Emmanuele Guerrieri , conocida como le Cantine Mirafiori y por ser su propietario -hijo del rey de Italia Vittorio Emanuele II y de una mujer no noble llamada Bela Rosin. En el año 1919 sus nietos compraron las Cantine di Greve, usadas para embotellar el Chianti producido en Pozzolatico, que era la residencia del conde Emanuele, el cual a su vez era propietario de la empresa Fontanafredda en Piemonte. En lo años posteriores, la empresa pasó a ser sociedad SEVA de los italoamericanos Paternò. En la actualidad, es propiedad de la familia Benciastà Falorni, que la ha transformado en un símbolo de la historia del vino y del territorio.