Para degustar el Chianti existen tres pasos a seguir.
La etiqueta
En primer lugar, se debe leer la etiqueta o, mejor dicho, las etiquetas. De hecho, existen tres: una en el cuello de la botella, una en la parte interior y una en la parte posterior.
– En el cuello: esta etiqueta contiene poca información, entre ellos la añada y tiene una función decorativa.
– Etiqueta anterior: sirve para identificar el vino y contiene datos como el nombre y el productor del vino, la categoría y la denominación (origen controlada o controlada y grantida y la indicación geografica tipica), la zona de origen, el año, la cantidad de productos (normalmente 75 cl), el grado de alcohol, su composición y otra información interesante – como Clásico, Reserva, Superior, Amable, Dulce, Seco, entre otros-. Sin embargo, en la etiqueta no puede indicarse la vid usada, su porcentaje y la región (tan solo la localidad e Italia). A demás, si tiene el símbolo del gallo negro, se indica “embotellado por”.
– Etiqueta posterior: es más pequeña que la interior e integra información añadiendo alguna que otra curiosidad.
El Chianti Clásico también tiene un sello propio, donde aparece símbolo del consorcio y el famoso gallo negro: sus contornos son rojos si se trata de un vino joven y negros si se trata de un reserva.
Apertura de la botella
– Conservación: cuando se compra un vino se recomienda no agítalo mucho para evitar que se altere su sabor. Lo ideal es tener la botella en horizontal en un lugar fresco y seco, en una temperatura compresa entre dieciséis y dieciocho grados para completa su proceso madurativo.
– Apertura: el sacacorchos más idóneo es aquel que no comporta excesivos movimientos para la botella y no puede introducirse hasta el fondo del corcho, para evitar que caigan trozos de corcho en el vino.
– Vertido: Una vez abierta la botella, el vino puede ser servido directamente si se trata de un Chianti Clásico. Si es un Reserva envejecido, es mejor dejarlo reposar algunas horas o bien verterlo lentamente en un decantador.
Degustación
– La copa: el más adaptado para este vino es el ballon, que intensifica los aromas, ya sea joven o reserva.
– El olfato: el vino debe oler en un lugar privado de olores particulares que podrían arruinar su aroma.
– El gusto: para sentir plenamente el sabor del vino, conviene tener la boca limpia de otros gustos (Aunque se aconseja lavarse los dientes, se acepta también beber un vaso de agua).
Características
– Aroma: el Chianti Clásico joven es de un rojo rubí claro, con aroma de frutas y de consistencia redonda. Sin embargo, si para producirlo se ha utilizado la uva Sangiovese en porcentajes consistentes, entonces el vino tiene más cuerpo y es más adequado para envejecerlo (el Chianti Reserva, por ejemplo).
-La madera: en el pasado el vino se solía conservar en barriles de castaño y roble, mientras actualmente se utilizan más los barriles franceses – siempre de roble-.
– Maridaje: es ideal para acompañar carnes rojas – a la parrilla o cocinas de manera más compleja dependiendo de la consistencia del vino. Los reservas son óptimos con selvaggina (platos a base de jabalí o ciervo) y quesos curados.