Durante tres siglos de historia, sus mesas han sido sede de un sinfín de personajes distinguidos. Fue precisamente aquí, donde Giacomo Casanova cortejaba a las damas y conoció a Carlo Goldoni. Parini, Silvio Pellico, Lord Byron, Foscolo, Dickens, Goethe, Rousseau, D’Annunzio todos pasaron por aquí. A través del tiempo, la crisis económica, así como el cambio social, el café fue siempre el corazón de la sociedad veneciana desde la Serenísima República de Venecia hasta los movimientos revolucionarios de 1848.
Entre las seis salas de la cafetería, la sala de china, la sala Oriental, el Salón de las estaciones y la sala de los hombres distinguidos destacan por encima de las otras. A modo de ejemplo, las paredes de la habitación china estan decoradas con formas sinuosas gracias a diversso efectos con la luz y la sala oriental es un laberinto de majestuosas figuras inspiradas en el lejano Oriente – con imágenes que se entrelazan adornadas con hojas de oro, frisos y banquetas de terciopelo rojo- ofreciendo un ambiente especial y de ensueño. Por otro lado, rodeada de motivos florales, el Salón de las Estaciones da la bienvenida a los visitantes con figuras de mujeres envueltas en prendas largas que realzan su belleza y simbolizan las estaciones. Finalmente, el servicio de este lugar histórico es nada menos que impecable, no solo se sirve café sinó también alimentos y bebidas. Tomando la inspiración de platos tradicionales y postres, Café Florian ofrece preparaciones a base de productos de alta calidad, para los paladares más refinados. Desde el desayuno a el té de la tarde, desde el aperitivo a una cena a la luz de las velas, en el Café Florian, cada momento se celebra con gusto y refinamiento.