El Palio de Siena no es solamente una manifestación folclórica. Ser podría definir como una parte de la vida más tradicional y sentida del pueblo sienés.
Su historia tiene unas raíces muy antiguas y aún hoy tiene reglas que se remontan al 1644, año en el que se celebró el primer Palio con caballos- hasta llegar a nuestros días (solamente se interrumpió durante las dos guerras mundiales).
La presencia del Palio es muy antigua: en torno al 1200 aparece documentada por primera vez la primera carrera de caballos y el Palio de San Bonifacio, santo al que estaba dedicada la antigua Catedral de Siena. Por otra parte, las carreras eran un fenómeno muy presente en la cultura urbana y a ella asistían tanto los nobles como el pueblo llano. la antigua carrera estaba relacionada con la ceremonia de ofrecimiento a la Virgen de la Asunción. La carrera del Palio fue oficialmente insertada en el Estatuto del Ayuntamiento en el 1310 como Día de la Asunción. A pesar de la epidemia de peste del 1474, y debido a su gran éxito, se celebró en el bienio de 1348-1349. En 1529 se redactó la última de las reglas del Palio e incluso se tuvo que intervenir varias veces en las carreras para evitar daños innecesarios. De hecho, originariamente los caballos salían de la Osteria del Pavone, delante de la iglesia de Santa María de los Ángeles en el Valle, actualmente la iglesia de la Compañía, siendo muy alto el riesgo de cualquier desviación hacia la Certosa. Igualmente, hasta 1739, estaban admitidas en las carreras todas las razas equinas, pero poco a poco fueron excluidos los de raza inglesa y bereber.
En la carrera participan 17 “contrade”, los 17 “barrios” de la ciudad de Siena, según las fronteras establecidas en 1729 por el Bando di Violante di Baviera. Cada una de las “contradas” están dirigidas por un “Seggio” y un “Priore” y representadas en las carreras por un “Capitano” seguido de dos o tres “tenientes”.
La carrera comprende tres vueltas completas a la pista, una pista de unos 100 m. El caballo vencedor y su “contrada” reciben el Palio y se dirigen a la Basílica de la Virgen de Provenzano- durante el Palio de julio- o al Duomo- durante el Palio de agosto- con el fin de cantar el tradicional canto de agradecimiento a la Virgen. Una victoria muy importante, sentida por todos los ciudadanos.
El lugar de celebración del Palio es la bella Plaza del Campo, lugar al que el público puede asistir gratuitamente. Y para los no sieneses, es una ocasión imperdible para vivir de cerca este histórico momento, momento en el que se respira la participación y la pasión del pueblo italiano.
Estas características hacen del Palio de Siena una de las más antiguas, sentidas y visitadas tradiciones de Toscana y de Italia.