Hablando de éxito internacional, no hay duda de que la Nutella es absolutamente una de las más famosas marcas italianas en el mundo. Esta crema de avellanas a base de cacao y avellana que es literalmente irresistible, ha conquistado a todo el mundo y, hoy en día, la mayoría de las personas de los Estados Unidos a Japón han probado este manjar divino al menos una vez, un logro de una marca cuya historia merece ser contada. Todo empezó después del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando en 1946 un confitero piamontés Pietro Ferrero, tuvo la idea de crear una masa dulce con nueces, azúcar y cacao poco disponible en ese momento. Le dio forma de bloque, por lo que se podía cortar y servir sobre una rebanada de pan, y lo bautizó Giandujot, el nombre de un famoso personaje del carnaval de Turín. En 1951 Giandujot se procesa y se renombra Supercrema, pero el verdadero nacimiento del untable más famoso del mundo se remonta a 1964, cuando Michaele, el hijo de Pietro, vuelve a trabajar la Supercrema finalmente llegando a la receta de hoy (y muy secreta) de esta deliciosa crema, reinventando también el nombre con el que luego hizo historia, Nutella.
La empresa ha sido siempre muy atenta a las cuestiones ambientales, tanto es así que Ferrero siempre está a la vanguardia en lo que respecta a la lucha contra la deforestación vinculada a la utilización de aceite de palma y, durante años, casi solos en este esfuerzo en la escena mundial, siempre han querido hacer su trazabilidad conocida. También es bien sabido que desde los inicios de la empresa, la familia Ferrero siempre ha construido su negocio sobre la base de valores de compartir, la sostenibilidad, la transparencia, y sobre todo la conciencia de que la riqueza real es solo la que se redistribuye para generar un bien colectivo. Una empresa donde la palabra «ética» todavía tiene un significado fuerte, separado de la lógica del mercado capitalista y para demostrarlo, no con palabras sino con hechos, llevando a cabo un inmenso negocio, siguen siempre los valores de la sencillez y la empatía. Por otro lado, ¿qué sería el mundo sin Nutella?
Blando y suave, delicado y seductor. Concedete un momento divino en un dulce viaje por el IT5 de la semana.