Para producirlo se usan solamente uvas Nero d’Avola, cosechadas en las dos primeras semanas de septiembre. La uva es también conocida como Calabrese, en realidad es típicamente siciliana y se encuentra tanto en el lado oriental y occidental de la isla: el primero da un vino afrutado suave, el segundo más robusto. Si se utiliza puro, da un vino estructurado y complejo, adecuado para un envejecimiento prolongado.
Tratamiento: la uva se fermenta en depósitos de acero inoxidable a una temperatura controlada entre veintiséis y treinta grados durante quince días. Transcurrido este proceso, el vino se añeja en barricas durante un período que va de cuatro a seis meses y, finalmente, se embotella de dos a cuatro meses.
Descripción: su color es de un rojo morado intenso, con tonos de color púrpura y, envejecido, de color naranja. En nariz se pueden sentir aromas de ciruelas, cerezas, guindas, moras, grosellas negras y especias como pimienta negra, vainilla, regaliz y el calvero; si el vino es envejecido se puede sentir incluso chocolate, cuero y tabaco. El sabor es afrutado, ligeramente ácido y con una nota aterciopelada dada por los taninos.
Maridaje: ideal para acompañar asados, carnes rojas a la parrilla y carne de caza.