De todas las increíbles y, al mismo tiempo, imponentes cimas que conforman el macizo, seguramente las tres cimas de Lavaredo se encuentran entre las más famosas debido a sus peculiaridades, las cuales son consideradas como una de las maravillas naturales más populares por los montañeros de todo el mundo.
La historia de la primera ascensión a estas damas de la montaña se remonta a 1869, cuando el vienés Paul Grohmann, impresionado por el imponente macizo, decidió subir a la cima de la Cima Grande. Hablando con la gente del lugar descubrieron que otro escalador, Franz Innerkofler, ya había registrado la zona y que había encontrado una manera de conquistar la cumbre. El 21 de agosto, a continuación, los dos, junto con el austríaco Peter Salcher, después de 2 horas y 55 minutos conquistaron por primera vez la mayor de las tres puntas.
En los años siguientes se expandió en el turismo de senderismo que, sin embargo, fue bloqueado de manera espectacular por el estallido de la Primera Guerra Mundial. Frente de guerra entre 1915 y 1917 (a testificar permanecen trincheras y túneles), los tres picos permanecieron como paredes de roca simples durante años, sólo como mero hermoso paisaje. Sólo en 1933 a partir de algunas discusiones entre escaladores en búsqueda de una manera para escalarla, despertaron en el guía de Trieste, Emilio Comici, el impulso -contra toda razón humana- de subir la cara norte de la Cima Grande. A pesar de las dificultades y de varios intentos, el 14 de agosto del mismo año, el escalador fue capaz de grabar su nuevo camino en el libro cumbre de la Cima Grande, escribiendo de este modo parte de la historia del alpinismo.
Dejando historia y escalada a un lado, los famosos tres picos de Lavaredo atraen a muchos visitantes cada año, cautivados por la oportunidad de ver este espectáculo natural, con el sol que en la puesta del sol tiñe de rojo ardiente las inmortales paredes rocosas, llegando a parecer ficticio, demasiado perfecto e idílico para ser real. Y sin embargo, es otra de kas infinitas realidad que ofrece el Belpaese.