Seguramente te habrá ocurrido durante un paseo por tu ciudad, notar la presencia de quioscos votive: se trata de pequeñas capillas en cuyo interior hay una imagen sagrada. A menudo muy difundidas sobre todo en el Sur, representan un gran símbolo de devoción y fe. Pero, ¿cuál es su historia?
Historia de los quioscos votive

Los edículos votive tienen una historia muy antigua: se remontan a una tradición de la civilización romana, que preveía la colocación de imágenes sagradas de los Lares, es decir, de las divinidades menores, sobre los muros de las Insulae y de las Domus. El edículo votive existía ya en la época griega y luego romana y con el edicto de Teodosio I en el año 397 después de Cristo se incentivó la construcción de estos símbolos de devoción sustituyendo los temas de adoración pagana por los cristianos.
Los edículos votive tuvieron una gran difusión en la Edad Media y aún más con la llegada del protestantismo: fueron utilizados por la Iglesia católica para contrarrestar esta nueva rama del cristianismo que se iba difundiendo cada vez más.
La función del edículo votiva, como es simple intuir, es la de ser un punto de referencia y de agregación para reunir a los fieles devotos en oración. Antiguamente se acostumbraba poner los quioscos votivos para proteger las casas, las calles y las corporaciones de oficio: a las mujeres correspondía la tarea de cuidar el quiosco, poniendo flores y luminarias.
Hay varios tipos de quioscos votive:
- A capella, es decir, un pequeño edificio que contiene la imagen sagrada que venerar y a menudo un espacio con un altar donde se puede rezar;

- A vela: en este caso es una construcción independiente constituida solamente por un muro con la imagen sagrada;

- A nicho: el quiosco votiva es realizado por un nicho que se obtiene en las paredes de las viviendas pero también a lo largo de las calles por muros a contención del terreno.

Los quioscos votivos se encuentran a lo largo de las calles para dar un signo de esperanza y valentía a quien camina: se encuentran por ejemplo en las paredes de las casas, como símbolo de fe que cubre el lugar donde se desarrollan todas las vicisitudes humanas, en la que hay amor, afecto recíproco pero también momentos de sufrimiento.
Los quioscos votive de Palermo
Los quioscos votive son muy difundidos sobre todo en las ciudades del sur de Italia: uno de los ejemplos es la ciudad de Palermo, donde estos signos de devoción toman el nombre de «marunnuzzi» o «santuzzi». Con frecuencia se encuentran también en pequeños patios o calles, tanto antiguas como recientes, con escritos que invitan a los viandantes a rezar y dar una pequeña donación.

La imagen se encuentra en su mayor parte pintada directamente sobre la pared o sobre la madera, muy raramente sobre vidrio y lienzo: con frecuencia hay estatuillas o estampados antiguos. El tema más representado en los edículos votive palermitane es la Virgen María, pero también están muy presentes imágenes de la «santuzza», o sea Santa Rosalía patrona de la ciudad de Palermo.
Los quioscos votivos de Palermo se transmiten de generación en generación: para quien se ocupa de ellos, poner flores o velas como símbolo de devoción es un momento de alegría para compartir con los demás o con uno mismo, recogiéndose en oración.
Antiguamente en algunas calles las luces encendidas de los quioscos votive constituían la única fuente de iluminación: por ejemplo, la de la «Virgen de la Volta» que pone en comunicación la actual Plaza Venecia con el barrio de los carniceros. Algunos quioscos votivos fueron construidos por el Senado de la ciudad, en la mayoría de los casos para agradecer a Santa Rosalía el fin de la epidemia de peste que afectó duramente a la ciudad en el siglo XVII.
En otros casos, en cambio, los quioscos votivos han sido construidos por particulares como simple acto de devoción o como agradecimiento por una gracia recibida de los santos o de la Virgen.
En todo caso, como habrás intuido, la de los quioscos votive es una costumbre italiana que hay que proteger: a menudo, independientemente del credo religioso, estas pequeñas imágenes sagradas presentes en las calles pueden ayudar en un momento difícil o simplemente ser apreciadas por su valor artístico y cultural.
Foto de portada: magazine.leviedeitesori