Su reputación se discute en el Belpaese y en el extranjero más allá de las estrellas y celebridades de Hollywood que la eligen cada vez más como un destino para viajar e invertir en bienes inmuebles, pero también por sus pintorescos pueblos que la rodean, las villas de época, las playas y la oportunidad de practicar muchos deportes acuáticos, haciendo del lago de Como una opción popular para todo tipo de turistas. El centro de la ciudad está situada en el paseo del lago, alrededor de la Piazza del Duomo, una de las catedrales más grandes en el norte de Italia. Notables son las iglesias de S. Abundio y S. Fedele, el corazón de la ciudad amurallada, destacando por su valor artístico los palacios racionalistas de la Casa del fascismo, el memorial de guerra y Novocomum. Cerca de allí, se encuentra el Templo Voltiano, que alberga algunas reliquias del científico de Como Alessandro Volta, inventor de la batería eléctrica. Villa Olmo es el hogar de las exposiciones de arte de alto nivel, mientras que el funicular que conecta la ciudad con la montaña de Brunate completan el itinerario con su vista. Los clásicos son también los paseos en barca por el lago.
En Como prevalecen por encima de todos los sabores del lago, pero también destacan los rústicos de la montaña, así como las delicias de las colinas. Montañas y colinas son los guardianes de la tradición pobre y genuina que tiene su símbolo en la polenta taragna con trigo sarraceno o en la polenta vuncia, cocinada con mantequilla, ajo y queso. Ocupa un lugar de honor en las mesas del territorio el frito mixto de lago, mientras que entre los platos más típicos de la cocina Lariana son los missoltini o missultin, es decir, pez de lago capturado en mayo, secado al sol y conservados en capas de hojas laurel.
Para probar la cocina local, Como reserva una ubicación única, la antigua osteria Crotto del Sergente, donde se puede tomar un baño en la «comacinità» entre pescado Lariano y carnes seleccionadas. Algunos de los platos para probar son los spaghetti alla chitarra con cebolleta, missoltino con su jugo y pinchos de carpaccio de carne con tocino la parrilla. Por otro lado, para degustaciones ligeras y refinadas en un ambiente subline y elegante, sin duda merece una reserva el galornado restaurante I Tigli in Theoria, una agradable sorpresa entre las paredes del palacio medieval del obispo en el centro de la ciudad. Otra visita obligada es la ubicación del Natta Cafè, donde almorzar o tomar algo. Es un lugar cálido y acogedor, a pocos pasos de la Pinacoteca Cívica, en un entorno del siglo XV, con arcos de piedra y techos de madera con vigas a la vista.
Después de la cena, para satisfacer las ganas de dulce, sugerimos las variadas propuestas de la pastelería Capriccio di Como, que produce cada día creaciones realizadas con la atención y el amor de «antaño». Para un buen helado, en cambio, dirigiros a uno de las mejores heladerías de la ciudad, la Gelateria Lariana.
