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La historia de la Torre de los Asinello

 

La torre de los Asinello es una torre de 97,2 metros de altura, situada en el centro de la ciudad de Bolonia. Impresionante, la torre fue construida en el 1119 era probablemente más alta cuando fue inaugurada: a juzgar por sus cimientos, prodría haber tenido originariamente 25 metros de altura. Sin embargo, sus dimensones no son su única característica importante. La Torre degli Asinelli es, de hecho, la torre inclinada más alta del mundo, con una pendiente de 2,2 metros que es lo que la ha llevado a reducir sus dimensiones hasta las actuales el año 1488.

 

Sus características han inspirado, obviamente, numerosas leyendas: la mayoría relacionadas con asnos jóvenes, dado que el nombre de la familia que construyó la torre, no aparece en ningún documento de su construcción pero sí 70 años después de la construcción – consecuentemente, no se sabe del cierto quiete fueron los propietarios originales. Esta es la variante más conocida entre las leyendas populares. A inicio del siglo XII, había un joven albañil que trabajaba en Bolonia. Era un hombre muy pobre pero era guapo y siempre estaba feliz: nadie recuerda su verdadero nombre porque todos lo llamaban “Asinelli” a causa de los jóvenes asnos que usaba para transportar sus instrumentos allá donde fuera. Un día, el hombre vio a una hermosa doncella asomada a la ventana en un edifico muy alto. Era la Torre Grisenda, la casa y la fortaleza del jefe de la policia civil, llamado Garisendo. El albañil se enamoró hasta tal punto de la joven que pide su mano al padre, aún sabiendo que sus diferencias sociales eran demasiado extremas para tener ni siquiera una oportunidad.

Garisendo, sin embargo, era un hombre muy jovial y apreció mucho el coraje del chico. Así pues, le prometió que le concedería la mano de hija… cuando construyera la torre más grande del mundo. El muchacho estaba desesperado, dado que el esfuerzo era claramente imposible. Trabajó muchísimo para poder recaudar todo el dinero necesario para poder llevar a cabo el proyecto, pero después de algunos meses no había ahorrado ni un centavo.

No obstante, un día, mientras escarbaba en las orillas del rio Reno para recoger piedras y arena, Asinelli encontró un gran número de monedas de oro que las aguas se habían llevado de no se sabe dónde. Así pues, utilizó el dinero para financiar la construcción de su torre, colocándola justa a la derecha de la torre Garisenda y cuando por fin puedo alcanzar el cielo, fue otra vez a pedir la mano de la chica. Garisendo, que era un hombre de honor, dejó que su hija se casará con aquel espléndido albañil y – como toda buena fábula- vivieron felices y comieron perdices.
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