Los frutos secos se pueden dividir en dos grandes categorías:
– Los que son ricos en glucosa, en azúcares y bajos en grasa (como albaricoques, piña, uvas, manzanas, plátanos, dátiles, ciruelas pasas, higos, arándanos, mango, etc.), conocidos como los frutos secos no grasos y realmente deshidratada.
– Los que se contienen lípidos, ricos en grasa y bajos en azúcar (como cacahuetes, almendras, avellanas, nueces, piñones, pistachos, castañas, anacardos), que incluyen además, muchas semillas y alimentos ya secos por naturaleza.
En italiano, la expresión «frutos secos» hace referencia a ambos grupos – fruta desecada y frutos secos-. Así pues se trata de un solo término que, aún así, no quita el protagonismo a ninguno de los dos ya que ambos son manjares exquisitos. Existe, en efecto, una amplia gama de especialidades, unidas por el poder de la alta energía que proporcionan: la deshidratación de la fruta, de hecho, permite una mayor concentración de sustancias nutritivas, obteniendo así un producto rico en nutrientes. Los expertos en nutrición recomiendan, efectivamente, el consumo de fruta disecada y frutos secos en todas las estaciones, debido a la gran cantidad de sustancias energéticas que contienen: minerales, vitaminas y ácidos grasos insaturados que combaten la acumulación de colesterol.
Sabroso y saludable, rápido y conveniente, es el alimento perfecto para disfrutar después de una comida, o como tentempié, ya que es una fuente de energía sin complicaciones, fácil. Por otra parte, la fruta seca es también un ingrediente excelente para incorporar en las recetas, sobre todo en repostería (la famosa fruta confitada). En resumen, un alimento simple tan sabroso como su antigüedad, otro excelencia Made in Italy, aunque no exclusiva del Belpaese. Italia, gracias a su variedad culinaria y riqueza natural, tiene todos los mejores productos de la más alta calidad en el mundo y, entre ellos, los frutos secos y la fruta disecada. ¡Pruébalos!
