Nacido con un fuerte deseo de volver a una dimensión más humana, más propicia para el alma y el cuerpo, la apertura del agroturismo se debe a tres amigos, Andrea, Massimiliano y Marcella que, en algún momento de sus vidas, decidieron abandonar su carrera y vida en la ciudad para dedicarse con gran amor a una actividad cuyos puntos fuertes son el total respeto por la tierra y sus frutos y una gran atención a las personas que se alojan allí. Construida enteramente de piedra, la estructura se remonta a principios del siglo XX y ha sido completamente restaurada, respetando sus características originales. A disposición de los clientes, el agroturismo ofrece cómodas habitaciones con balcones panorámicos, suelos de baldosas, muebles simples pero cálidos, una piscina rodeada de árboles frutales y robles, un campo para jugar a bochas y una sala de lectura y relajación. En los alrededores se encuentra un campos de tenis y de golf, un centro ecuestre con caballos y muchos senderos para recorrer a pie, en bicicleta o a caballo.
En un ambiente muy agradable y una gran atención al detalle, el restaurante del La Corte del Lupo ofrece una cocina que se caracteriza por sabores de gran sencillez y un pleno respeto de la autenticidad y la estacionalidad de las materias primas. No sólo cocina regional, sino también vegetariana y libre de gluten, dedicada a la recuperación de recetas antiguas perdidas, revisadas y adaptadas a la actualidad.
Al mismo tiempo, el agroturismo lleva a cabo proyecto noble e interesante, la creación de la granja biológica Ansamama, un pequeño oasis que quiere valorizar y dar a conocer al mercado la alta calidad de los productos típicos de Umbria, logrando un gran éxito gracias a la valiente decisión de no apostar por la cantidad sacrificando la calidad del producto y el proceso de producción.
Entre los deliciosos platos que se pueden disfrutar en el agroturismo, recomendamos los raviolis rellenos de queso pecorino di fossa y trufa con crema de cebolla blanca y virutas de chocolate, tagliolini al huevo con ragù de pato, capocollo de cerdo glaseado con miel y carne de cerdo con corteza de parmesano, queso pecorino y semillas de hinojo.
Animado y unidos por una gran pasión, a Andrea, Massimiliano y Marcella les gusta cuidar a todos sus invitados, con énfasis principal en sus necesidades y en su bienestar para que puedan sentirse como en casa. Acoger y no recibir, hospedar y no acomodar, es el secreto del éxito de este agroturismo de una región frecuentada no solo por italianos, sino también por extranjeros, los cuales cada vez la eligen como destino relajante para el alma, un lugar donde volver a descubrir el valor de las cosas pequeñas.