A pico en una terraza natural a unos 200 metros sobre el nivel del mar, la ciudad de Taormina se asoma al estrecho de Sicilia, remitiéndose a tiempos antiguos en los que el teatro griego estaba a su máximo esplendor y los barcos de los viajeros pasaban por el estrecho frente, Un poco más adelante, los monstruos de Scylla y Caribdis. Un encanto, el de Taormina, tan poderoso como para encantar a uno de los filósofos occidentales más importantes: Johann Wolfgang von Goethe.
Estamos en Sicilia, en el este. Hay sol casi todo el año, la temperatura es perfecta y el marco es uno de los lugares más bellos del planeta: Taormina. Ciudad de alma poliédrica, primero griega y luego medieval, que ofrece un panorama impresionante sobre el mar – por un lado – y sobre el Etna – por el otro – regalando visiones imposibles de olvidar.
El nombre proviene del griego Ταυρομένιον, literalmente abitazione sul Tauro, o sea, sobre la colina en la que fue edificada. Hasta la fecha, Taormina es uno de los principales destinos del turismo internacional en Italia, no sólo por su posición, que garantiza un clima suave durante todo el año, sino también por su historia milenaria y por aquel teatro tan hermoso que incluso atrajo al filósofo Johann Wolfgang von Goethe y que hizo de él una etapa muy importante del Grand Tour.
El nacimiento de Taormina
Como muchos otros lugares de Magna Grecia que encontramos en Sicilia y Calabria, Taormina fue uno de los principales lugares de asentamiento en Sicilia, ya desde el siglo VIII a.C. pasando de fortaleza de los griegos a ciudad dominada por los tiranos de Siracusa. Atravesada la época romana, Taormina vio una sucesión de nuevos dominios que influenciaron completamente toda su historia.
En efecto encontramos restos de varias civilizaciones, donde la griega es sólo el comienzo de una historia ultramilenaria que vio protagonistas griegos, romanos y musulmanes antes de llegar al nacimiento del Reino de las dos Sicilias y luego llegar, casi perfectamente intacta, en nuestros días.
El teatro griego de Taormina
El teatro griego es, quizás, la principal atracción de la ciudad y una de las principales atracciones turísticas en toda Italia. Excavado en la roca, a pico sobre el mar y rodeado por una espesa vegetación hecha de cipreses e higos de india, el teatro griego de Taormina se remonta al III s. a.C. y ofrece una de las vistas más sugestivas del planeta, con el azul del mar que se contrapone perfectamente al verde del resto del paisaje.
Se trata del segundo teatro más antiguo de Sicilia, después del de Siracusa, y tiene una capacidad de unos 10.000 lugares. Su posición estratégica de impacto fue tal, como se dijo antes, que encantó al filósofo alemán Goethe que lo visitó en 1787 y quedó extasiado.
Escribió, de hecho, en su Viaje a Italia, admirando el paisaje que se le asomaba delante de la cueva que «nunca, probablemente, un público de teatro vio delante algo similar». En el lado derecho del teatro, en efecto, se vislumbran rocas y castillos, mientras delante se ve la majestuosidad delEtna, el volcán más alto de Europa que, insertado en ese contexto, según Goethe parecía emanar una imagen poética sin suscitar terror.
Qué ver en Taormina
Además del maravilloso ya citado teatro griego, Taormina está literalmente lleno de sitios históricos y artísticos que vale la pena visitar.
En el corazón medieval de la ciudad, desde donde se accede a través de Porta Messina, se encuentra la Iglesia de San Pancrazio, que data del 1600 pero construida sobre los restos de un antiguo templo griego. A poca distancia de allí, el Palazzo Corvaia y la cueva del antiguo odeón.
Si quieres disfrutar de otro panorama impresionante, entonces sepa que el teatro no es el único: en la plaza IX Aprile podrás admirar el mar turquesa que baña las costas de Sicilia y relaja el cuerpo y el espíritu. Pero si sois grandes amantes de los paisajes y de las vistas, ¿no sabéis que toda la zona limítrofe es rica en lugares desde donde observar el mar.
Continuando por el centro histórico, no será difícil encontrar modelos arquitectónicos diferentes que se cruzan, mezclando estilo normando, árabe y greco-romano, en una especie de espiral de historia y arte que os abrumará dejándoos, literalmente, sin aliento.
Foto de portada: comune.taormina.me