Esta representación anacronista y geográficamente insensata es un buen ejemplo de un clásico pesebre napolitano. Lejos de ser blasfemo, esta tradicional decoración de Navidad se encuentra normalmente en la mayoría de las casas italianas en las semanas precedente al 25 de diciembre, cuando las familias celebran un pequeño ritual privado en el que el niño Jesús se coloca en el pesebre, completando finalmente la escena. Los pesebres eran en realidad una vista común en las casas de los italianos – y en las iglesias- mucho antes que la tradición del árbol de Navidad (adoptada de otras culturas). Aunque si los pesebres pueden asumir muchas formas, desde la más detallada a la más artística, solo la tradición napolitana mezcla figuritas occidentales modernas con los históricos personajes del Oriente Medio. Los historiadores explican este extraño hábito al periodo tardío del Sagrado Imperio romano, cuando los gobernantes y el alto clérigo del sud de Italia solían ser aristócratas y la mayoría extranjeros.
Celebridades, atletas, políticos y personajes conocidos, todos encuentran su figura añadida al pesebre: cada año en diciembre los Telenoticias italianos ofrecen una lista de las nuevas figuras y, ser uno de los personajes preferidos del pesebre, suele considerarse un gran honor.