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El Viandante del Mont Maudit

 

El Mont Blanc, y la zona de Courmayeur, que yace a sus piés, es un lugar de leyenda y antigua historia popular, al igual que la de su nombre actual.

 

Según la tradición, los glaciares son el hogar de espíritus malignos, que fueron confinados en la parte más alta de la montaña y obligados, de por vida, a trenzar cuerdas con la arena.

 

La leyenda narra que, en tiempos antiguos, cuando toda la naturaleza se pensaba habitada por demonios, gnomos y monstruos, se pensaba que el Grande Monte era el lugar más infectado de la tierra por estos seres. A veces, por las tempestades y los golpes de viento y granizo, el pico fue llamado Mont Maudit- la Montaña Maldita- por el terror que inspiraba- siendo así que los habitantes de la zona evitaban mirar hacia ella e incluso acercarse a ella.

vagabondo del mont maudit

Source: Trekkinella

Una noche de verano, un viandante se paró en aquella zona, pidiendo hospitalidad a los pastores del lugar. Los pastores lo acogieron de buen grado y, a cambio, obtuvieron del viandante una promesa muy especial: poner fin, intercediendo ante el Cielo, a los problemas que los lugareños tenían con el Mont Maudit antes de la llegada del invierno. El misterioso viandante sepultó a todos los espíritus malignos y despuñes de algunos meses, a finales de otoño, cayó una gran nevada sobre el monte, cubriendo el Mont Maudit y encerrando para siempre a los espíritus malignos, diablos y gnomos sin dañar los pastos cercanos.

 

Desde aquel día, el Mont Maudit pasó a llamarse Grand Mont o Mont Blanc.

 

Evidentemente, esta leyenda está muy arraigada en los terrores alpinos del Valle de Aosta. Además de la mencionada historia, existen otras muchas historias que narran acontecimientos muy similares. Una de esas leyendas narra la historia de un lago de Oriente que encerró a os genios malignos del Valle en la torre rocosa del Dante del Gigante. Mientras que en Val Veny se habla de un cándido charrancito común que desafió y enecerró a los demonios de la zona.

 

En general, las leyendas del Valle de Aosta tienen como protagonistas a brujas, fantasmas, demonios y santos. Pero existe una tradición muy fuerte sobre las formas del paisaje montañoso. A menudo mezclando personajes históricos, seres mágicos y religión, han ido apareciendo fiestas populares cuyo tema principal son estos mitos y leyendas. Una constante el folclore local es la presencia del diablo, que contrasta con la figura de los santos, célebres por su capacidad para obrar milagros e interceder ante Dios. También las brujas son importantes, pues tienen un corpus de historias en las que fantasía y realidad se mezclan; al igual que los fantasmas de las leyendas populares. Tres de esos fantasmas es el armígero del Castillo de Saint Marcel, una mujer muerta, jusgada injustamente, en el Castillo de Quart o el espíritu de la condesa Bianca Maria di Challant, en Issogne, y su castillo en torno al 1525. La condesa, con apenas veinte años de edad, fue acusada, procesada y decapitada por una falta no cometida cerca de la fuente octogonal del patio de su castillo.

 

 

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