De hecho, la península italiana, al mismo tiempo que cubre un área relativamente pequeña, tiene una gran cantidad como para ser único en los ojos de los extranjeros. En todos los países del mundo existen diferencias culturales en función de la zona, pero frecuenteme sucede que en Italia tan sólo entre dos municipios muy cercanos puedan haber diferencias considerables a nivel lingüístico, paisajisto, gastronómico y cultural. Todo ello gracias en gran parte a la increíble diversidad natural que caracteriza a Italia: al norte se encuentran los Alpes, consideradas las más bellas montañas en el mundo, que destacan majestuosamente en Europa. Justo debajo se encuentra la región de los lagos (Lombardía) con sus paisajes románticos que conducen a las llanuras del valle del Po y sus extensiones brumosas. Al oeste se extiende Liguria, que combina mar y montañas con sus pueblos suspendidos encima del mar. Por otro lado, en el centro de Italia, entre la Toscana, Emilia, Marche y Umbría, se le parece estar de vuelta en la Edad Media, con pequeños pueblos esparcidos por la zona y rodeadas por paredes antiguas, incluyendo algunas de las ciudades más famosas del mundo del arte, verdaderas cunas del Renacimiento, como Florencia.
Luego está Lazio y Roma, la ciudad eterna que dio origen a la civilización occidental, tan eterna como su belleza. Seguido por el sur de Italia, con su cocina incomparable, sus playas vírgenes – entre las más bellas del Mediterráneo-, los vestigios de los antiguos griegos y su gente cálida y vibrante. Por último, las dos islas de Sicilia y Cerdeña son dos de las gemas más raras y más singulares, lugares donde el tiempo parece haberse detenido y donde aquellos que lo visitan pueden encontrar todo lo que jamás podría desear y mucho más. En realidad, otra razón para toda esta diversidad es la turbulenta historia del belpaese, que pasó bajo el dominio de muchas civilizaciones y que siempre han sido divididos en comunidades locales individuales. Hace apenas dos siglos, cada ciudad gobernaba su territorio directamente.