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Festivales de comida

 

¡Bienvenidos en una de las áreas más gustosas y más típicas del web! Antes de entrar en detalle sobre todos los festivales de Italia, este postinicial será necesario para hacerse una idea del concepto en sí de los festivales de comida y qué se puede esperar de ellos. Los festivales de comida, conocidos como sagre (singular: sagra), son un evento esencial en Italia que resiste a los ataques del progreso. Fueron nacidos en el viejo fenómeno centenario del campanilismo (lit. parroquialismo), o en el “mi pueblo/región es mejor que la tuya”, y originariamente consistían en una mezcla de mercados agrícolas y en alguna exhibición en el pueblo. Hoy en día consisten básicamente en preservar la tradición culinaria local y en la promoción de la artesanía y de aquellos productos menos conocidos por el público en general.

Los festivales suelen durar dos o tres días y se concluyen con una gran fiesta la última noche del último día. Normalmente, se llevan a cabo fuera de la ciudad, pero hay cientos de ellos por todo el país y durante todo el año, así que es siempre posible encontrar alguno no muy lejos de casa. Hablando de ciudad, en los últimos años los festivales de comida tienen también una importante función social: hacer de las pequeñas ciudades un lugar de encuentro para combatir la tendencia- de los jóvenes en particular- a pasar la mayor parte de su tiempo en las grandes ciudades y volver solo para dormir y poco más. Por este motivo, se llevan a cabo una serie de actividades secundarias durante el festival como conciertos gratuitos de bandas locales, conferencias, tenderetes artesanales, recreaciones históricas y muchos más.

El foco del festival es sin duda la comida, preparada al aire libre para que todo el mundo pueda ver cómo se prepara (y lamentarse por la falta del ingrediente secreto de su madre, naturalmente). Casi todos los festivales de comida ofrecen al menos una receta local, desde los tortelli di zucca (raviolis de calabaza) cerca de Mantova hasta chocolate de Módica, pesto Genovese (salsa hecha a base de albahaca), fondue en la región de Val d’Aosta, manzanas en Trento y carne de Chianina (un tipo de carne de vaca) en Florencia, entre otros. A veces, las recetas son un poco oscuras o muy alejadas de la actualidad: como ejemplo, la ‘coda alla vaccinara’ (cola de vaca) en Lazio o los ‘gianchetti’ (peces pequeños apenas nacidos). En algunas ocasiones es la preparación de la comida el centro del festival. Por ejemplo, el pequeño pueblo pescador de Camogli organiza un festival de pescado frito… que viene cocinado en gigantescas sartenes de 4 metros de diámetro que requieren al menos una docena de hombres para cocinarlas.

Comida (¡y vino, por supuesto!) suelen servirse en platos de papel y vasos de plástico de usar y tirar y, las mesas donde se come, son larguísimas y no existe privacidad-, pero todo esto forma parte de la diversión también. Seréis bien vistos si sabéis bailar el clásico baile mazurka o polka popular: podrá sonar música moderna, pero encontraréis seguramente a un anciano o dos deseando enseñaros los pasos base de esta danza que está desapareciendo lentamente. En todo caso no os preocupéis: después del anochecer la orquesta se irá probablemente a otro festival, y todos podréis volver a bailar musica más moderna en la plaza principal del pueblo.

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