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Ferias de trufas, el rey de la cocina italiana  

Para millones de aficionados, la trufa es el rey de la cocina italiana. No es casualidad que cada año, amantes del tubérculo divino y gourmet se reúnan en cuatro ciudades italianas para celebrar este producto: Alba, San Miniato, Acqualagna y Pergola. Las ferias de trufas en estos lugares celebran el producto y ofrecen experiencias únicas en el contexto de sus calles y su patrimonio histórico. 

Foto – commons.wikimedia.org 

Las ferias de trufas son eventos enogastronómicos que celebran la trufa, un hongo hipogeo espontáneo altamente apreciado por su aroma intenso y su sabor inconfundible. Las varillas pueden tocar cifras vertiginosas, pero las trufas más pequeñas a menudo también están al alcance de muchas. 

Alba, San Miniato, Acqualagna y Pergola: los eventos de celebración se organizan en ciudades donde la trufa es particularmente famosa, atrayendo curiosos y apasionados. 

Durante estos eventos, los visitantes pueden asistir a diversas actividades, desde los mercados (productores que venden sus preciosas cosechas en forma de trufas frescas, conservadas y productos derivados como aceite, quesos y salsas de trufa) hasta las exhibiciones culinarias (chefs y cocineros elaboran platos especiales a base de trufas para demostrar las diferentes modalidades de uso de este preciado ingrediente) hasta los talleres (eventos donde se puede aprender a combinarlos mejor con otros ingredientes). 

Ferias de trufas en Alba, San Miniato, Acqualagna y Pergola 

Las ferias de trufas no solo son una oportunidad para probar y comprar este delicioso producto, sino también para sumergirse en la cultura y las tradiciones de las comunidades locales que cultivan y cosechan trufas.  

Cada feria tiene sus propias peculiaridades y ofrece una perspectiva única sobre este ingrediente valioso y muy querido de la cocina italiana. 

Alba, la capital mundial de la trufa

Situada en Langhe, en el noroeste de Italia, Alba es conocida por ser la capital mundial de la trufa blanca. Su feria de trufas, que se celebra cada año de octubre a diciembre, es un evento imprescindible para los amantes de la gastronomía. 

La ciudad tiene una larga historia relacionada con la investigación y la recolección de trufas, que alcanza aquí su máxima calidad, con tradiciones transmitidas de generación en generación. Esta conexión con el territorio hace que sea considerada la capital mundial de la trufa. 

No solo de trufa. Alba fascina a los visitantes con sus calles adoquinadas, testimonios del pasado y edificios históricos, entre los que recordamos el Museo Cívico Federico Eusebio con sus artefactos que van desde la época prehistórica hasta la época romana y la Catedral de San Lorenzo, una majestuosa construcción de estilo gótico que domina la plaza principal (Piazza Risorgimento). 

Las colinas de los alrededores están cubiertas de viñedos hasta donde alcanza la vista, que producen algunos de los mejores vinos italianos, como el Barolo y el Barbaresco.

Foto – pixabay.com 

San Miniato, la joya de las colinas toscanas 

En el corazón de las colinas toscanas, San Miniato es un municipio famoso por sus preciosas trufas (aquí se recogen gran parte de las trufas blancas de Italia) y por su feria anual de la trufa blanca. 

San Miniato se encuentra en una colina con vistas al río Arno. Conserva un patrimonio histórico y arquitectónico que abarca milenios de historia, con la presencia de monumentos medievales e iglesias románicas. Por ejemplo, la catedral de San Maria Assunta y San Genesio es un ejemplo extraordinario de arquitectura románica en el exterior y de estilo neorrenacentista en el interior. 

No hay que perderse también la Rocca di Federico II, una torre fortificada del siglo XIII que emerge sobre la cima de la colina de San Miniato y desde cuya cima se puede disfrutar de un panorama que va desde los Apeninos hasta el mar. 

Acqualagna, el corazón de la trufa negra 

Acqualagna es un pequeño municipio situado en las Marcas en la provincia de Pesaro y Urbino, conocido como el centro del comercio de la trufa negra (aquí se recoge más de la mitad de toda la producción nacional). Su feria anual es una cita ineludible para los amantes de este extraordinario hongo. 

Además de las trufas, Acqualagna también es conocida por su extraordinaria variedad de setas, que van desde los porcini hasta los clavos, ofreciendo un verdadero placer para los amantes de la cocina. 

La ciudad se encuentra en un entorno natural rodeado de bosques y montañas, ideal para actividades al aire libre y excursiones. Las estrechas calles del casco antiguo ofrecen un ambiente sugestivo y tradicional. No se puede dejar el pueblo sin haber visitado el Santuario del Pelingo y haber visto el fresco de la Virgen con el Niño guardado en el interior. 

Pérgola, el tesoro de la trufa en la región de las Marcas

Pérgola, situada también en las Marcas, es famosa por su feria de la trufa blanca, un evento que atrae a apasionados y gourmet de todo el mundo. 

La feria es una oportunidad para visitar la ciudad caracterizada por calles sinuosas y edificios de piedra que cuentan historias de siglos pasados. El Museo de los Bronces Dorados y de la Ciudad, situado en el centro histórico, alberga una extraordinaria colección de hallazgos arqueológicos que dan testimonio de la riqueza histórica de la zona. 

Las ferias de trufas como ocasión para conocer la cultura italiana 

Las ferias de la trufa de Alba, San Miniato, Acqualagna y Pergola son verdaderas celebraciones de la enogastronomía italiana.  

Sin embargo, estos eventos representan ocasiones excepcionales para explorar algunas de las ciudades más fascinantes e históricas de Italia.

Copertina: fieradeltartufo

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