Los pequeños pueblos de alrededor de la ciudad de Viterbo, en el centro de Italia, son por lo general ordinarios. Sin embargo, uno de ellos atrae a turistas y artistas des del siglo XVI. El sagrado bosque de Bomarzo, mejor conocido como “Parque de los monstruos de Bomarzo”, es una sorprendente obra de arte que esconde na historia conmovedora.
La historia del Parque de los monstruos de Bomarzo
El inclinado terreno sobre el cual fue construido era originariamente un irónico homenaje al pueblo de Farnese, un palacio opulento y muy hermosos, con jardines y esculturas enormes de estilo renacentista. El príncipe Orsini, propietario del bosque, ha tenido la idea de contrastar la elegancia geometrica del famoso pueblo con la rareza del bosque- empezando por la forma del terreno- incluyendo arte y arquitectura inusual. El bosque de Bomarzo solía ser en el pasado visto desde otro concepto de belleza: fue construido por Pirro Ligorio, arquitecto muy querido, invitado a completar la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma cuando Michelangelo murió.
Ligorio inició su trabajo seriamente, utilizando las rocas puntiagudas del bosque como base para una serie de esculturas simbólicas – pero al cabo de poco tiempo la mujer del príncipe murió, y el noble ordenó un cambio de programa. Los veinticinco años posteriores, el príncipe estudió y diseñó por si solo una nueva serie de esculturas basadas en su idea arcana de la vida después de la muerte, donde su mujer se había ido. Cada detalle fue minuciosamente planeado pero nunca explicados a Ligorio o a los trabajadores, que solo obedecían sus instrucciones cada vez más bizarras.
El resultado es una desconcertante colección de estatuas y edificios con misteriosos títulos. Solo 24 de ellas están conservadas lo suficientemente bien para poder visitarlas: el Parco de los monstruos de Bomarzo ha sido abandonado durante tres siglos, hasta 1954, y los expertos opinan que la mayoría de los elementos fue destruido o robado. Aún así lo que aún permanece deja a cualquiera impresionado.
Las esculturas del Parque de los monstruos de Bomarzo
Las esculturas del Parque de los monstruos de Bomarzo van des de mausoleos y objetos decorativos más bien normales a invenciones completamente estrambóticas como La Casa Pendente. Las estatuas figuran tanto criaturas míticas como referencias literarias, como una pequeña casa de té en forma de boca de demonio de la Divina Comedia de Dante. Otras parecen hacer referencia a específicos eventos históricos, como es el caso de un elefante del ejército de Annibal destruyendo un legionario romano. Algunas otras constituyen parte de un mensaje alegórico, probablemente ligado a situaciones políticas o las relaciones entre la iglesia y los principados.
Mucha gente, entre ellos Salvador Dalí o Goethe han expresado sus teorías sobre el significado real del parque, pero el verdadero significado está perdido para siempre. Sin embargo, lo que sí que permanece es una experiencia única para los visitantes que, además, encontraran en Bomarzo la Italia de antaño.