Junto con los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina en Roma, destaca entre los museos romanos la Galería Doria Pamphilj, una vasta colección privada que se puede admirar en el Palacio Doria Pamphilj.
Si la visita a los Museos de Roma requiere tiempo, paciencia y pasión, porque hay muchas cosas que ver y este que fue el palacio privado más grande de Roma no es una excepción. Aquí encontrará muchas obras que merecen la atención adecuada de maestros como Velasquez, Parmigianino o Caravaggio, por nombrar solo algunos.
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Tanto la historia como las características de la galería son tan interesantes y llenas de detalles que no te puedes perder.
Breve historia de la Galería Doria Pamphilj
La Galería Doria Pamphilj fue instituida en 1651 por voluntad de Giambattista Pamphilj, que se convirtió en Papa con el nombre de Inocencio X, tras un fidecommisso vinculado a la primogenitura, que recayó sobre su sobrino Camilo.
Incluso antes de esta fecha, la colección Pamphilj se había enriquecido tanto con un primer retrato de Inocencio X, como con numerosas obras (compradas por Camilo) de Tiziano, Rafael, Beccafumi y Parmigianino.
Camillo era un gran apasionado del arte, lo que es bastante evidente por sus sucesivas compras: varias obras de Caravaggio, cuadros boloñeses, pinturas de Claude Lorrain y algunas joyas de artistas flamencos.
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Dada la gran cantidad de obras en posesión, era necesario encontrar una colocación adecuada; la elección, al final, recayó en un antiguo palacio de Via del Corso, anteriormente pertenecido a los Della Rovere y a los Aldobrandini. En su interior ya se habían instalado la «Sala de los Cuadros», la «Sala de los Animales» y la «Sala de los Países».
Camillo continuó hasta su muerte para enriquecer la colección, con obras de Bronzino y Sebastiano del Piombo. El palacio fue oficialmente renombrado Doria Pamphilj y, en el siglo XIX, se realizó la última compra de obras: varias pinturas de Memling y Lippi.
El Palacio Doria Pamphilj
Cuanto más se ampliaba la fortuna de Camillo, más necesitaba ser ampliado el Palacio Doria Pamphilj, hasta convertirse en el palacio privado habitado más grande de toda Roma.
La mayor parte de la colección se encuentra dentro de las salas de representación, que también incluyen la capilla diseñada por Carlo Fontana. El núcleo más importante, sin embargo, está expuesto en una sucesión de 4 galerías decoradas y frescos que rodean el maravilloso patio renacentista (probablemente obra de Bramante) y que consisten en los brazos expositivos realizados por el arquitecto Gabriele Valvassori. La disposición de los cuadros es, en cambio, del arquitecto Francesco Nicoletti.
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El primero en abrir las puertas del Palacio Doria Pamphilj fue el Príncipe Felipe Andrés VI Doria Pamphilj, con motivo del Jubileo de 1950; posteriormente, Donna Orietta y Don Frank Pogson Doria Pamphilj invirtieron en numerosas restauraciones del palacio.
Desde 2013, el Palazzo Doria Pamphilj es propiedad del Trust Doria Pamphilj, un trust italiano fundado por la misma familia para la gestión de la colección.
La colección Doria Pamphilj
La colección expuesta en la Galería Doria Pamphilj es verdaderamente inmensa: las obras, las estatuas y los muebles han sido realizados por artistas como Jacopo Tintoretto, Tiziano, Raffaello Sanzio, Correggio, Caravaggio, Guercino, Gian Lorenzo Bernini, Parmigianino, Gaspard Dughet, Jan Brueghel el Viejo, Velázquez y muchos otros artistas importantes.
La pintura más famosa de toda la colección sigue siendo, sin embargo, el retrato de Giovanni Battista Pamphilj, Papa Inocencio X, realizado por el artista español Diego Velàzquez en 1650, que también ha sido reconocido como uno de los mayores retratos del siglo XVII, ya que puede expresar perfectamente los rasgos psicológicos del personaje. El Papa Inocencio X, de hecho, es recordado precisamente por su mirada vívida y omnipresente, característica que se muestra tan pronto como se admira el retrato.
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La obra de Velázquez es tan importante que se encuentra, desde 1927, en una habitación totalmente dedicada al Papa Inocencio X.A lo largo de los años, también Donna Olimpia Maidalchini Pamphilj ha enriquecido la colección; se le debe, de hecho, la llegada de algunas obras maestras de Caravaggio.
Sucesivamente, sin embargo, gracias al matrimonio entre el príncipe Camillo Pamphilj y la princesa Olimpia Aldobrandini, han entrado a formar parte de la colección también varios cuadros renacentistas como la Salomé de Tiziano, la Natividad de Parmigianino, el Doble Retrato de Rafael, la didona de Dosso Dossi y las pinturas de Mazzolino y Garofalo, así como las lunetas con las historias de la Virgen de Annibale Carracci.
Las adquisiciones de obras de arte no se han detenido aquí, es más: basta pensar en las numerosas comisiones del cardenal Benedetto Pamphilj y del príncipe Girolamo Pamphilj, en la herencia de los Facchinetti y en la unión dinástica con los príncipes Doria Landi. Una verdadera fortuna artística, toda por descubrir en su próximo viaje a Roma.
Copertina: tourismmedia.italia