Este punto destacable del vestuario de las mujeres también tiene museo, el Museo Internacional de Calzado de Vigevano, donde a este accesorio femenino sin tiempo se le dedica una atención especial. Hasta ahora, el zapato con tacón de aguja ha tenido dos vidas, por lo que incluso en el museo hay dos secciones: el tacón de aguja en Italia, en particular en Vigevano a principios de los años 50 del siglo XX, y el nacimiento contemporáneo – siempre en la ciudad lombarda – de la industria del calzado mecánico, que tiene tanta importancia por su gran difusión de los zapatos producidos en el Belpaese.La primera parte se refiere al período de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. Inmediatamente después del final de la Segunda Guerra Mundial, Christian Dior inventó el «nuevo look», compuesto de ropa muy femenina y sofisticada, lo que obviamente requería un calzado adecuado. Por lo tanto, los grandes diseñadores de la época diseñaron un innovador tacón delgado y alto que, sin embargo, prestaba un problema de carácter práctico: al ser de madera, debido al pequeño diámetro, se rompían fácilmente.
Consecuentemente, Vigevano se convirtió en la capital mundial del calzado. En esos años, algunas marcas italianas y francesas compitieron por este producto. En la segunda mitad de los años 60 del siglo XX, sin embargo, el zapato con tacón de aguja inició un período de decadencia. Un descenso que duró hasta principios de los años ochenta, cuando, gracias a la recuperación de la moda de los viejos principios hizo que brillaran el encanto de los años 60. Así pues, se da vida otra vez al tacón de aguja, con tacones de hasta 15 centímetros. Decoraciones, líneas elegantes y materiales futuristas para hacer, del tacón a de aguja, un objeto de deseo tanto para mujeres como para hombres.