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5 pueblos rurales para visitar en Italia

Bienvenidos a una antigua Italia, posesivamente protectora y preservadora de su gran legado. Las ciudades medievales y renacentistas, así como tantos pequeños pueblos que se encuentran junto al mar y/o la montaña, son la mejor representación de la riqueza y diversidad del Belpaese. A continuación, os presentamos la original belleza italiana a través de cinco de los 250 Borghi (aldeas) que forman parte de los pueblos más bellos de Italia, un circuito oficial de excelencia creado en 2001. Déjate seducir por la magia del Belpaese y siente la cálida bienvenida de sus habitantes, sus sabores y tradiciones, la frescura de los productos de su tierra y su variedad ambiental y arquitectónica.

Bovino

Empezamos nuestro viaje en un pequeño pueblo de la provincia de Foggia. Bovino se sitúa en la frontera entre Puglia y Campania. Destruido y reconstruido varias veces, el casco antiguo se caracteriza por la armonía entre la vida urbana y la buena conservación de los materiales antiguos, los colores y las formas tradicionales de su patrimonio inicial. Incluso hoy en día, los visitantes pueden admirar las calles hechas con piedras de río, casas de piedra que se caracterizan por techos de tejas tradicionales, bóvedas de cañón de ladrillo, palacios con patios de excepcional belleza y… una multitud de portales de piedra, exactamente ochocientos. Sus mosaicos, restos de murallas romanas y las escaleras que decoran sus calles, constituyen la gran riqueza que la ciudad sigue protegiendo con extremo cuidado. Orecchiette y pastas caseras, queso y cordero, son los platos locales Made in Italy. ¿A qué esperas a probarlos? (Para saber más clica aquí)

Verezzi

Uno de los cantantes italianos más famosos, Fabrizio De André, cantaba «finchè u matin Crescia da puéilu rechéugge, Frè di ganeuffeni E De Figge, Bacan d’una corda d’Marsa aegua correo de sa, un Che ne ne liga ea porta ‘ nte ‘na Creuza de ma», una canción en dialecto de Liguria que revela la esencia más pura de la Riviera italiana ya que habla sobre la belleza de sus caminos y sus ventosos acantilados. Es precisamente aquí, en Liguria, donde se encuentra nuestro siguiente pueblo: Verezzi. Esta pequeña ciudad se posa en la colina de Orera, en la provincia de Savona. Se presenta como un conjunto armónico de cuatro pueblos diferentes (Poggio, Piazza, Roccaro, Crosa), caracterizados por edificios de piedras de color rosa en un paisaje rocoso y costero y conectados entre sí por estrechos callejones y caminos. La especialidad local son los caracoles al estilo Verezzina (un tipo de guiso). Si te encantan los caracoles, no te pierdas su festival gastronómico dedicado a ellos que tiene lugar todos los años el 13 y 14 de agosto. (Para saber más clica aquí)

Anghiari

Anghiari, uno de los pueblos más hermosos de la Toscana medieval, domina el verde valle del Tíber que se encuentra en la provincia de Arezzo t forma parte de la Toscana Valtiberina (parte superior del valle del Tíber). Protegido por paredes del siglo XIII, fue de gran importancia durante la Edad Media debido a su posición estratégica. Paisajes, objetos históricos, iglesias y castillos caracterizan el territorio de Anghiari, que combina el arte, la artesanía, la naturaleza y la buena comida. Las iglesias de San Agustín y Santa María de las Gracias merecen una visita, así como el Palacio Pretorio y el Teatro de Ricomposti. El plato más tradicional de la ciudad es bringoli al Sugo Finto, espaguetis caseros hechos con harina y agua acompañados con una salsa de tomate cocinada durante horas con poca carne y muchas verduras. (Para saber más clica aquí)

Castel del Monte

El propio nombre de esta pequeña ciudad en la provincia de L’Aquila, en la región de Abruzzo, evoca la idea de una ciudad fortificada enclavada en las montañas: con la palabra Castel implicando castillo y con monte en referencia a las montañas. Suspendido entre los picos del Gran Sasso y Tirino valle, el pueblo se caracteriza por calles empinadas y puertas antiguas que enmarcan a los edificios antiguos como el Palacio de Gobierno, Palacio Colelli o iglesias finas, el orgullo de toda la región. Castel del Monte se encuentra en las faldas de la montaña y en el borde de los inmensos espacios de Campo Imperatore, una pradera sin fronteras a 1.600 metros de altura. La cocina local está fuertemente influenciada por la cría de ovejas y la agricultura. Su comida típica incluye pastas caseras (strangolapreti, lagnelle y taccuzzelle), sopas de verduras y legumbres y postres sencillo y saludables como Neule, cicerecchiole y crespeglie. (Para saber más clica aquí)

Castiglione di Sicilia

Nuestro pequeño viaje a través de los pueblos rurales del Belpaese termina en Sicilia, en Castiglione, una ciudad que se encuentra en una colina con vistas a la orilla sur del río Alcantara. Pueblo típico de colina -con casas dispuestas a lo largo de una pendiente pronunciada – el corazón medieval de la villa se oculta bajo la nieve que de vez en cuando se mezcla con el río de lava volcánica y las burbujeantes aguas del río Alcantara. Las calles empinadas que conducen a las fortificaciones bizantinas y normandas, las paredes de la ciudad vieja (que parecen como si un velo de lava volcánica hubiera pasado por allí), el barrio de San Antonio y edificios religiosos son, en conjunto, la imagen viva de una antigua Sicilia. Una vez hayáis visitado este hermoso pueblo, id a un restaurante local y degustad los productos tradicionales de la zona: Maccu de nido de abeja, macarrones al horno con estofado de carne de cerdo y queso ricotta, y sciauni (un postre dulce similar a la empanada). Todos ello acompañados por un tinto vino fuerte y con cuerpo como, por ejemplo, el Etna Doc. (Para saber más clica aquí)

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